sábado, 15 de enero de 2011

¿Antropología del cambio? ¿La relación cultura/tecnología/individuo/práctica?

1.      Estimado Antolín:
Muy buen tema para ensayo. Efectivamente el asunto del cambio como concepto requiere definir los parámetros; es decir, el cambio depende de los criterios del observador. Tú te pones tres ideas interconectadas: ¿se produce en el contacto entre dos sociedades/culturas (en relación de subordinación una de otra)? ¿es interno o externo? ¿es pasivo o negociado? Así, el análisis no se enfoca en cambio en general sino en cambio en grupos subordinados en situaciones de contacto.

Analizas así las visiones sobre la sociedad primitiva como una sociedad que no cambia, y comparas las perspectivas de Redfield que reafirma esto (y en cierto sentido la pasividad de los receptores del cambio) y de Sahlins que habla de un cambio permanente pero estable (incluso la continuidad es expresión de cambio) y de una recepción activa de los nativos (una negociación de los signos y significados). Incluso recuperas la idea de Sahlins de que el cambio es permanente y no implica siempre contacto (aunque su ejemplo no se ajusta a esta idea). En Sahlins el pasado pesa y las continuidades son el principal resultado del cambio; y el cambio no es siempre ruptura. Dices entonces que la cultura es un orden de significados en riesgo: el de la resignificación. Interesante.
Sin embargo, es difícil seguir el argumento en todo el ensayo. Por un lado, nunca se plantea cuál es el parámetro desde el cual se va a entender el cambio o la continuidad. No es necesario, aunque tú mismo enuncias que eso es un elemento central desde el inicio del ensayo. ¿La resignificación es cambio o continuidad? ¿Por qué?
La comparación de Redfield y Sahlins es adecuada y permite profundizar en algunos elementos del cambio: interno o externo, pasivo o activo. Pero se queda pendiente entonces la definición de lo que es el cambio, y hasta dónde se puede hablar de cambio como continuidad y viceversa. ¿Nos sirve un concepto de cambio que quiere significar exactamente también su opuesto? ¿qué es cambio y qué diferencia hay con ruptura? ¿Si lo que predomina es la permanencia, qué es específicamente el cambio dentro de la permanencia? ¿Cómo romper con la dualidad cambio permanencia si, como afirmas, lo mejor sería entender la cultura como un proceso de reproducción-resignificación permanente? ¿Tienes ejemplos que permitan entender este proceso, o la cultura como proceso? En un estudio concreto ¿cómo analizarías empíricamente el cambio?
Tu idea del contacto, desde mi punto de vista, sigue anclada en ideas básicas de las visiones culturales que entienden la cultura no como proceso sino como sistemas de significados particulares: la idea de que cada sociedad es también una cultura, que los contactos son entre sociedades son también contactos entre culturas distintas. ¿Cuáles son los bordes de esas culturas y sociedades en los mundos interconectados? ¿Dónde empieza lo primitivo? ¿Se puede hablar así del mundo, como de sociedades/culturas separadas que se juntan solo en procesos de contacto? ¿Qué es el mundo occidental sino una serie de influencias centenarias de movimientos religiosos de oriente cercano, de técnicas y conocimientos de lejano oriente, de formas primigenias de escritura creadas en diversos sitios del mundo conectado del norte de África y del Asia? ¿Qué sería de ese mundo occidental sin el contacto con América? ¿No sería mejor invertir los términos: no las culturas primero y el contacto después, sino el contacto permanente y  las culturas/procesos como derivados cambiantes de ese contacto?
Planteas el problema en forma de modernización y globalización, pero sólo lo dejas planteado en general. En los siguientes cursos entraremos en esos dos temas, en el II y en el III respectivamente, debido a que implican perspectivas que, según mi punto de vista, rebasan la visión cultural. Modernización y globalización hacen referencia a ciertas formas históricas del cambio social/cultural, que aún revisaremos a través de varios autores.  
¿El énfasis en el actor, sus intereses y sus perspectivas, no cuestiona la idea misma de una cultura como fuerza actuante? ¿Cómo se produce la relación entre cultura e intereses individuales? ¿Es siempre una relación de tensión y de negociación? Revisaremos también estos temas en los siguientes dos cursos, cuando hablemos de agency, estrategia y habitus.
¿Es real que la mayoría de las veces se dice que es bueno que están cambiando los pueblos clasificados como “no occidentales”? Yo percibo que lo opuesto es lo más común: el cambio como esencialmente peligroso, como pérdida o desorganización. El mismo ejemplo que pones de Redfield desmiente tu afirmación. En fin, encuentro muchas ideas apenas esbozadas. Espero que los cursos siguientes contribuyan a replantear estos problemas de manera interesante para ti.
2.      Estimada Cecilia:
La teoría de la práctica es sin duda una forma de replantear muchos temas en la teoría social. Tu resumen nos ofrece varias perspectivas con diversas formas de conceptualización y de aproximación, desde aquellas que asimilan la práctica al individuo, el actor, a la perspectiva del actor, hasta otras formulaciones que más bien se refieren a formas distintas de establecer las relaciones entre individuo y las relaciones estructuradas (como, según mi punto de vista, sugieren términos como habitus y agency). Esta multiplicidad de perspectivas contienen distintas respuestas al respecto de los problemas de la consciencia, la determinación de la acción, la reproducción de las relaciones sociales, el interés, y, en algunos casos, la acción como parte de posicionamientos en condiciones de competencia o lucha. Muchos de estos temas serán revisados en los cursos siguientes. Lo que me parece importante es que falta sacar las consecuencias de todas estas propuestas sobre la noción de cultura. La idea de que los individuos o actores tienen un papel más activo en la organización de los sentidos, además de una forma más consciente y diversa de tratar con ello, podría tener implicaciones radicales en la conceptualización de la cultura (entendida como la “organización” de los significados, o como sistemas de símbolos). La relación que se establece entre la práctica y la cultura es sólo pragmática, manipulativa, utilitaria? ¿O de qué manera la práctica y la cultura están mutuamente interrelacionadas (allí valdría leer las tesis sobre esto de Sahlins)? ¿Podemos seguir usando en el mismo sentido la idea de cultura? ¿O requeriríamos de ella? ¿Cómo tendríamos que reformularla si ese fuera el caso? Esas cosas quedaron pendientes en el ensayo, pero podemos seguir reflexionando sobre eso en las clases.

3.      Estimado Daniel:
La cultura como posibilidad de creación/modificación es una idea muy interesante. No es nueva quizá si se la compara con algunos otros autores; además de que no es una forma única de formular esta noción en esos términos. Recuerdo un capítulo del libro de David Harvey (Espacios de esperanza) en el que recupera algunas ideas de Marx en las que trata de definir la habilidad específicamente humana: la de diseñar algo antes de hacerlo, como el arquitecto (y a diferencia de las abejas, que también construyen, producen, pero no diseñan, solo lo hacen instintivamente). Es una manera interesante de ver cultura. Utilizar la técnica/tecnología como metáfora es bastante afortunado en este caso.
Sin embargo, el adjetivo cultural en otras partes del ensayo parece estar refiriendo a otro significado (la capacidad de significar). Ese es el caso del análisis del auto en la peregrinación, por ejemplo. Aquí el término cultura se desplaza de la capacidad de creación/modificación al ámbito de los significados o sentidos (en una tradición distinta de la idea de cultura). ¿Cómo se conectan estos dos significados del término cultura?
Sobre la relación entre tecnología y cultura/significados hay diversos trabajos que podrías consultar, para profundizar en tus ideas. George Foster reflexionó sobre ese tema, al igual que Robert Redfield. La discusión gira en torno a cuál es el impacto del cambio técnico en la cultura. Una de las conclusiones es que los cambios se producen en distintos tiempos, generándose lagunas o “retrasos” culturales (revisa la tesis del “cultural lag” en William Ogburn); y había el postulado de que la sociedad, entendida en tres niveles: técnico, organizacional y cultural, presenta cambios más rápidos en lo técnico, más lentos en lo organizativo, y aún más lentos en lo cultural-simbólico. También hay que considerar la tesis de la desorganización de la cultura, desarrollada por Redfield. En fin, se trata de literatura que te puede ayudar a profundizar más en tu interés por el cambio cultural.
4.      Estimada Laura:
Tu trabajo parte de la idea de cultura como sistema de símbolos y significados de una sociedad, aunque analizas más bien la manera en que los individuos están sujetos a ella. La idea es interesante pero ambigua: ¿quiere decir que los adquirimos de una manera espontánea o que de alguna forma, como lo llegas a sugerir en otras partes, nos son impuestos? La idea de la relación entre los individuos y los símbolos o de las tramas de significación como cultura normalmente remite a una idea de continuidad, de adquisición casi inconsciente o no problemática. Cuando se reconoce como problemática en algunos autores lo que se menciona es la posibilidad de desajustes y de la presencia de individuos inadecuados o desviados. Estas afirmaciones, si fueras más a fondo, podrían tener consecuencias más amplias: ¿la cultura entonces no se reproduce como un acto de transmisión simple de generación en generación? ¿Cómo sucede entonces el desajuste? ¿Cómo ocurre el cambio?
La idea de que la cultura implica también imposición entonces podría tener consecuencias en la forma en que entendemos su reproducción. Por un lado, la noción de cultura como un conjunto simbólico que justifica la acción es interesante, pero nos retrocede a la unicidad de los efectos de la cultura sobre la acción: ¿una imposición sólo termina justificando? ¿No hay otras posibles respuestas? ¿Sólo podemos aceptar los símbolos e identificarnos con ellos, produciéndonos como sujetos en función de esos símbolos impuestos? ¿De dónde sale la contracultura si la cultura siempre se impone y genera legitimación? ¿Por qué los jóvenes escapan temporalmente, desde tu perspectiva, de esta imposición? ¿Escapan de esta imposición o son una de las más claras expresiones de un sistema de símbolos impuesto que crea la misma categoría de jóvenes, como tú misma afirmas en algunas partes del texto?
Postulas que existen diversos conjuntos simbólicos operando en una misma sociedad, dependiendo de la diferenciación que imponen entre las personas, y creando a su vez la diferenciación en términos de categorías sociales. Pero al mismo tiempo postulas la homogenización como el fin de este proceso (dices incluso que es el cometido de los sistemas culturales, como si fueran sujetos con voluntad). ¿En qué sentido se entrelazan homogenización y diferenciación?
Finalmente sugieres que los sistemas simbólicos cambian de acuerdo con intereses hegemónicos (y los únicos ejemplos que das son de cambios de símbolos de identificación impulsados por distintas generaciones de jóvenes). En tal sentido: ¿quiénes y cómo cambian los símbolos? ¿Hay sólo algún grupo que tiene una posición privilegiada para eso? ¿Se puede estar más allá de la cultura, manipularla y cambiarla y, sin embargo, ser también sujetos constituidos por ella misma?

Por: José Luis Escalona Victoria

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