martes, 25 de noviembre de 2014

Sobre las violencias

De pronto la historia de las violencias se vuelve a hacer visible, otra vez.
En México no tuvimos esa historia de golpes de estado, dictaduras militares o regímenes fascistas que si vivieron varios países en el siglo XX (y no pienso sólo en América Latina, porque incluso los vivieron España, Portugal, Grecia, Turquía; o los regímenes facsista y nacional socialista en Italia y Alemania, respectivamente, por poner ejemplos que nos saquen de esa idea de lo particular de América Latina). Pero quizá esa era la forma más clara y transparente de la violencia asociada a un aparato político, a veces aparato político-militar.
Esa violencia también la vivimos, por supuesto, en países democráticos en los que a veces los espacios en los que se legisla y se transforma las instituciones no hay cabida para cambios vertiginosos o pujantes, como la expansión de los derechos civiles en los Estados Unidos, la independencia sindical e incluso la formación de partidos de oposición en México, o incluso la protesta estudiantil. A la movilización los regímenes con bandera democrática les respondieron de muchas formas, entre ellas con violencias.
A veces eran sólo reacciones policiacas o de inteligencia militar un poco espontáneas y torpes, pero otras parece que seguían planes para desmovilizar. La diferencia entonces entre una dictadura y un régimen democrático, en esos temas, está en el uso diferenciado de ciertas formas de violencia. Uno usa la cancelación de derechos y el control militar o policiaco de muchos aspectos de la vida de las personas. Otros siguen respetando los derechos, por lo que recurren a otros mecanismos (también presentes en las dictaduras).
Están por ejemplo los espías, tanto pagados o como parte de las mismas policías, o como aquellos espontáneos que por razones de ideología o protección participan de la vigilancia de los otros (recuerden el Macarthismo, por ejemplo). Luego están los planes de infiltración, dobles agentes. Eso pasó en muchos casos de acción policiaca en contra de grupos de opositores que estaban organizando o que "pensaban quizá" organizar acciones contra el régimen en turno.
Las mismas acciones se usan en las manifestaciones, cuando el régimen en turno conisdera que rebasan un límite que ellos mismos imponen (pues en las llamadas democracias siempre hay algún espacio de permisión): enviar a las movilizaciones con espías para identificar cabezas o líderes (para después investigarlos o sujetarlos a procesos más específicos); infiltrar las movilizaciones con grupos de golpeadores vestidos de civil que atacan a los manifestantes (como en México en 1971, y los llamados alcones), o que inician un enfrentamiento con la policía para provocar y justificar el ataque de los guardias contra los que protestan (el batallón olimpia el 2 de octubre del 68, o algunos casos de encapuchados que están ahora atacando edificios públicos, negocios o incluso a la policía, en las marchas que se han dado en México en los últimos años).
Pero esas no son todas las violencias, porque los medios de la violencia no están concentrados sólo en las fuerzas policiacas, judiciales y militares. Ahora, como en otros momentos y lugares, existen diversas corporaciones que manejan negocios legales o ilegales, que contratan o reclutan sus propios cuerpos de seguridad, pequeños pelotones de vigilancia y protección, o grandes ejércitos de control de territorios amplios. Siempre han existido, pero parece que ahora tienen una fuerza muy grande en algunas zonas de México (como también ha pasado en Guatemala, Colombia, El Salvador y otros países), a veces tan grande como para competir y ganar fácilmente a los aparatos gubernamentales, y apoderarse de ellos.
Igualmente tenemos los grupos armados que surgen con objetivos políticos y de transformación social o de revolución, como el caso de las llamadas guerrillas. Algunos grupos tomaron efectivamente el poder, como en Cuba, otros devinieron en fuerzas políticas de distinto alcance, como el sandinismo en Nicaragua, o se volvieron un movimiento con ideas de transformación social en un ámbito local, como el neozapatismo. Pero otros tienen una historia continua, de varias décadas y generaciones ya. Es en la confrontación entre estos grupos y el ejército y la policía en donde han aparecido las historias de guerras sucias: de persecusión y encarcelamiento, pero también de uso de formas de violencia ilegales. El estado de Guerrero en México ha sido también escenario de ese tipo de confrontación de violencias y de guerra sucia.
Estas son apenas unas de las formas de violencia que me hacen pensar los acontecimientos más recientes en México (pero también en Missouri, y en otros lugares en estos días). Es necesario aclarar:
a) No son todas las formas de la violencia. Faltaría más espacio para hacer el catálogo completo e incluir además otras formas mas cotidianas y a veces sutiles de la violencia. La violencia contra las muejeres tiene muchas formas, por ejemplo (comentario en conmemoración HOY del día internacional contra la violencia hacia las mujeres).
b) No están separadas necesariamente. A veces se coaligan unas con otras, o se transforman unas en otras (aunque no es siempre el caso).
c) Muchas veces son formas que muestran los márgenes de las capacidades transformadoras. En realidad, aparecen muchas veces como cancelación de la política, o como su opuesto, como dice Hannan Arendt. Entonces al catálogo de formas de violencia deberíamos agregarle también un catálogo de las formas de la política, de la apertura de espacios públicos y de diálogos (como las marchas mismas o los diversos foros de expresión que han surgido ahora en México con el caso de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos), con sus distintas formas de comunicación y lenguaje, de ingenio para ganar la atención y la reflexión de los observadores, como cambiar de nombre a las calles o hacer combinaciones de arte y protesta.
Quedan muchas cosas por escribir ...
Saludos  

martes, 21 de octubre de 2014

Ayotzinapa como signo

Ayotzinapa nos muestra el estado de fuerzas en México y más allá de las fornteras. Es primero que todo un crimen y una pena. Pero también es un termómetro del momento. Múltiples fuerzas compiten por la dirección de la sociedad, la orientación de nuestras vidas y capacidades productivas hacia diversos esfuerzos, que generan ganancias para distintas organizaciones y personas. En esa competencia están en disputa los bienes y los cuerpos, moldeados por una historia de nacionalismos, etnicismos, desarrollismos, obrerismos y agrarismos del siglo XX, que ahora vemos que se derriten, se desvanecen o de difuminan, a pesar de su apariencia sólida en el siglo pasado. En cambio emergen otras formas de organizar cuerpos y objetos en cadenas de tráfico y manipulación nuevas, de explotación en el sentido clásico; nuevas, pero que se parecen a otras de las que parecía que ya no tendríamos más que memoria en los libros de historia -pero no es así: una combinación de mercenarios, contrabandos, estimulantes y autoridades corruptas, junto con trabajadores "libres" de toda oportunidad buscando donde colocarse o ser colocados, consumidores inconscientes de lo que consumen, al lado de grandes mercados de bienes legales y de servicios autorizados que conforman la parte visible y respetable de la generación y explotación de riqueza. Capitales salvajes y capitales civilizados, instituciones formales e informales, cuerpos con sentimientos de miedo e inseguridad, y cuerpos vulnerables, de los que se dispone para múltiples tráficos, enteros o en partes, de uso continuo y permanente, flexible e itinerante, o de uso y desecho. Todo está combinado y entrelazado de muchas formas. No son varios mundos: es uno solo, con desigualdades enormes en el disfrute de los bienes de la riqueza social y en la seguridad de la propia vida y la dignidad humana. Siempre ha sido así, lo sé. Parece que no hemos aprendido nada entonces. Parece que seguimos en una acumulación originaria permanente, en un cambio de manos de las capacidades de generar ganancias, y en una era de terror que sirve para sostener ese reordenamiento permanente de la riqueza social, a costa de lo que sea.
 

sábado, 27 de septiembre de 2014

Etnoargumento y pensamiento antropológico. Simposio del III Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología. México DF, 09/2014

III Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología. México DF, septiembre 25 de 2014.
Simposio El etnoargumento y pensamiento antropológico en México.

En el marco del III CMASE, convoqué a un simposio para revisar lo que llamo el etnoargumento en la antropología social en México. Invité para ello a Gabriela Torres (CIESAS Peninsular), Paula López (CEICH-UNAM), Martin Larsson (estudiante de doctorado en la Universidad de Manchester, UK) y a Ricardo Macip (Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Agradezco que hayan aceptado la invitación y que hayan presentado tan interesantes ponencias (que ahora empezamos a preparar para una edición futura). También agradezco las preguntas y el debate generados por los asistentes al simposio. 



Reproduzco aquí parte de mi ponencia para describir con más detalle el contenido de la discusión. 

domingo, 21 de septiembre de 2014

Etnomercancía. Mirada estereográfica. Charla en el seminario Nación y Alteridad. UAM, Roma Norte, DF

Les invito a una charla que daré en el Seminario Nación y Alteridad que se organiza en las instalaciones de la UAM en la colonia Roma Norte, Calle Zacatecas 94, frente al parque Luis Cabrera, en México, Distrito Federal.
Comenta: Sandra Rozental (UAM Cuajimalpa).
La charla será el día 3 de octubre a las 11 de la mañana.

Para más detalles ver el siguiente vínculo.

http://www.h-mexico.unam.mx/node/14655

Saludos


martes, 9 de septiembre de 2014

Drones, trabajo y disciplina

Una nota periodística interesante que puede ser leída en el contexto de nuestra discusión sobre el trabajador y la disciplina, además de las tecnologías que hacen del ser humano un cyborg en la guerra. También sirve para reflexionar sobre los lenguajes o metáforas de la alienación y la figura del zombi.
http://mexico.cnn.com/mundo/2013/10/24/me-volvi-insensible-y-trabajaba-como-un-zombi-exoperador-de-drones

Arquitectura y espacio público

Les recomiendo este breve video (de Mauro Romito) en el que se muestran algunos "ornamentos" en una calle de Madrid. Se trata de objetos que estorban la presencia de "otras" personas, en un espacio público de dinámicas transpuestas. El resultado es la creación de distancias o separaciones sociales.

http://vimeo.com/48377773

Saludos

Pueblos planificados (un cartoon)


Un video educacional sobre la construcción de pueblos nuevos, como un proyecto de planificación en la era industrial (Inglaterra a mediados del siglo XX). Es un proyecto llamado "New town".

¿Para la antropología del futuro (en Elysium)?

Imágenes muy interesantes de los suburbios de la ciudad de México.
http://pijamasurf.com/2013/09/fotos-aereas-de-los-suburbios-infinitos-de-la-ciudad-de-mexico/
 

Sobre cuerpos y mercancías (ropa y talla)

Tiempos modernos


1936
La experiencia de la organización humana en la era industrial

Un cuento de Borges, sobre el teatro

el médico rural de Kafka

Aparte de El Proceso y El Castillo, entre otras historias, este relato del médico es relevante para el tema de la burocracia y los funcionarios.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/kafka/un_medico_rural.htm

un policía británico en Burma y un elefante (según George Orwell)

Un cuento que habla también del funcionarios y su contacto con la población, en este caso en una situación de colonia de un imperio lejano.
http://www.online-literature.com/orwell/887/

"le ordeno que no entienda japonés" (de una novela de Amélie Nothomb)

Una historia de la jerarquía, la competencia y la subordinación en el Japón. Estupor y temblores es lo que se supone debe sentir el subordinado ante su superior. Así se llama el libro: Estupor y temblores. Interesante también para pensar la burocracia. Aquí sólo un fragmento:
http://www.um.es/tonosdigital/znum7/Teselas/temblores.htm

Hay una versión en película:

lunes, 21 de julio de 2014

Ciudad Blanca

Erik Larson: The Devil in the White City. Murder, Magic and Madness at the Fair that Change America.



Una interesante pieza de escritura entre la investigación sociológica/antropológica y la narrativa literaria. Son dos historias interconectadas: una sobre un asesino serial en Chicago a fines del siglo XIX; y otra sobre la feria de 1893 en Chicago. Es la segunda historia la que está más documentada, ricamente elaborada y detallada, para presentar la relevancia de una generación de empresarios y arquitectos que construyeron una feria para construir la imagen de Chicago y de los Estados Unidos ante el mundo. Fantástica forma de conocer modelos espaciales y tecnologías que surgieron en ese tiempo y que impusieron estilos y formas de producción y consumo a lo largo del siglo XX. Desde Coster y sus batallas contra los nativos americanos, el padre de Walt Disney, y otros cradores de estereotipos norteamericanos, hasta los arquitectos del paisaje y el diseño de edificios y transportes en New York y Washington, o de las casas de comercio y finanzas más importantes de la costa este de Estados Unidos, incluyendo además a científicos, entre ellos algunos antropólogos de Harvard, están vinculados con esta historia de esta feria internacional. Muy interesante la historia del asesino serial también, aunque me interesó más la otra dimensión del libro.
Ver también

http://en.wikipedia.org/wiki/The_Devil_in_the_White_City
http://www.cliffsnotes.com/literature/d/the-devil-in-the-white-city/book-summary


Saludos

Tensiones Antropológicas, LIBRO. José Luis Escalona, Sergio Zendejas, 2022

  Tensiones antropológicas. Reflexividad y desafíos en investigación Nuestro libro explora múltiples tensiones que emergen en la investiga...