Propuesta de Línea de Investigación para el CIESAS
Sureste
Por: José Luis Escalona Victoria y Edith Kauffer
Por: José Luis Escalona Victoria y Edith Kauffer
Diversas instituciones científicas se han
establecido en Chiapas en los últimos 40 años. Estas instituciones han generado
conocimientos en múltiples áreas del saber, en particular en lo que podemos
llamar “los problemas del desarrollo”, proponiendo diversas estrategias locales
y regionales para afrontarlos. Se han formado también una gran variedad de
especialistas en áreas relacionadas con los “problemas del desarrollo”, en
instituciones como la Universidad Chapingo, la Universidad Autónoma de Chiapas,
El Colegio de la Frontera Sur y la Universidad Intercultural de Chiapas.
Incluso, en el caso de algunos centros, la cercanía con instancias
gubernamentales y con organizaciones sociales ha permitido no sólo el
desarrollo de investigaciones de largo plazo en áreas como la producción
agropecuaria orgánica, el combate a ciertas enfermedades asociadas con la
pobreza, el manejo de recursos (bosques, agua,
tierras, biodiversidad, diversidad genética) entre otros temas, sino que ha
servido para desarrollar experiencias concretas de programas de desarrollo o incluso
amplias políticas públicas de largo aliento. Sin embargo, esos "problemas" continúan,
transformándose conforme se modifican las formas de interrelación de la
población local con el mercado mundial y con las distintas instituciones
translocales que operan en la región (incluyendo las instancias de desarrollo).
En su conjunto, estas experiencias nos muestran que
las distintas dimensiones del “problema del desarrollo” están interrelacionadas
(incluyendo la propia intervención de instancias gubernamentales y no
gubernamentales). El “problema del desarrollo” está lejos de ser sólo
organizacional, técnico o tecnológico; tiene un carácter social y se modifica
por las múltiples fuerza que operan en un ambiente de actores que toman
decisiones con distintas expectativas, informaciones, intereses y condicionantes sociales.
Además, dicho fenómeno posee una dimensión política poco explorada; para el
entendimiento de su complejidad hace falta introducir el análisis mismo de las
políticas y las nociones asumidas sobre el “desarrollo”. Por ello, una
aportación a este estudio del “desarrollo” consistiría en hacer estudios de las
políticas públicas, es decir, de las amplias visiones, recursos, tecnologías, acciones,
saberes y entendimientos de lo que significan los objetos públicos y las formas
de tratarlos para su modificación, de los conflictos que surgen en torno a
ellos, de los actores involucrados en su elaboración y de su historicidad y contradicciones. En
este contexto proponemos impulsar una línea de investigación llamada
Antropología de las Políticas Públicas, que se ubica en la encrucijada entre la
antropología, las ciencias políticas, la sociología y la historia.
La antropología de las políticas públicas es
entendida aquí como el análisis de las formas en que los asuntos públicos son
formulados y tratados, cómo se desarrollan instancias (gubernamentales y no
gubernamentales) para impulsar acciones, transferencias de tecnología, formas
de organización, procesos de toma de decisiones, aparatos burocráticos,
espacios de comunicación y gestión social, además de cómo son manejados y
recibidos estos diversos elementos en las distintas localidades o poblaciones
objeto de atención, desde la multidimensionalidad de la vida cotidiana. Incluye
entender el juego de los diversos actores involucrados en la definición de un
problema público, las soluciones propuestas, su
implementación en espacios específicos y las tensiones y conflictos generados. Implica observar además las acciones de
resistencia, de oposición y de apropiación de saberes, discursos y recursos diversos implicados en las "soluciones" impuldasa como acción
pública; es decir, implica centrar la mirada en las interacciones
sociales y políticas en diferentes momentos y espacios de la discusión sobre el desarrollo. Esto conlleva distintas
implicaciones para el trabajo antropológico.
Primero, la antropología de las políticas públicas
lleva a una comunicación con otras áreas de estudio: antropología de las
organizaciones y las instituciones, del estado, de la burocracia, de la ciencia
y los intelectuales, de los saberes, entre otras temáticas emergentes en la
disciplina.
Segundo, conlleva un diálogo crítico con la propia
etnografía, pues significa analizar el cambio social local en una perspectiva
translocal, implicando a los múltiples actores del “desarrollo”, la
“integración”, la “participación”, o cualquier otro formato de la acción
pública (es decir: hacer etnografía de una localidad incluyendo la acción,
presencia y participación de los funcionarios, maestros, sacerdotes, ongeros, antropólogos,
políticos y demás, o, por ejemplo, hacer etnografía en oficinas
gubernamentales, organizaciones, iglesias, centros de investigación o partidos
políticos e instituciones internacionales).
Tercero, dependiendo de la temática específica,
implica también tener una visión amplia de la política pública particular, y
los debates y saberes en torno a ello (por ejemplo, manejo de recursos
hídricos, programas de salud, de educación, de impulso a la producción
agropecuaria, a la ciencia y la tecnología). La antropología de las políticas
públicas tiene necesariamente una visión interdisciplinaria que articula a las disciplinas sociales (antropología, ciencias políticas e historia,
principalmente), la pone en estrecho contacto con otras ciencias y posee una
perspectiva multinivel que pretende entender la relación entre diversas escalas
involucradas hacia la conformación de una acción pública específica.
Cuarto, esta perspectiva implica también un nuevo
paso en el proceso de autoreflexión social desde la ciencia, o reflexividad en
términos de Giddens: es decir, una evaluación de nuestras propias ideas y
perspectivas de lo social, de las formas en que esos “saberes” han tenido
consecuencias en la propia sociedad, lo cual genera una oportunidad de abrir el espacio de
reflexión sobre la sociedad misma, construyendo comunidades epistémicas que cuestionen y evalúen los
asuntos públicos a partir de la revisión y análisis de las políticas públicas pasadas y
presentes.
Por: José Luis Escalona Victoria y Edith Kauffer (versión preliminar)
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