Una de las discusiones que desarrollamos en el curso fue la del llamado núcleo duro de la cultura. Quiero resumir el planteamiento que hice en la clase en estas líneas muy generales. El propósito es revisar algunos de los conceptos que se dan por sentados en algunas discusiones y mostrar las posibles dificultades de su uso en la argumentación.
La idea de un núcleo duro de la cultura, que vimos en los textos de Julian Steward o en el trabajo de Alfredo López Austin, o de Johanna Broda, supone la preminencia de una dinámica específica de la cultura y de una mirada relativista de la misma (ya sea en términos de nichos ecológicos o de cosmovisiones): la idea de que existen culturas separadas y distintas en sí mismas. Es decir, cada grupo puede ser entendido como una cultura espacífica o como el portador de una cultura específica, o una derivación de alguna cultura entendida como un sistema relativamente único y ordenado. Este presupuesto tiene consecuencias en el entendimiento antropológico tanto de la dinámica histórica de la humanidad como de la lógica contemporánea de las culturas.
La idea de un núcleo duro de la cultura, que vimos en los textos de Julian Steward o en el trabajo de Alfredo López Austin, o de Johanna Broda, supone la preminencia de una dinámica específica de la cultura y de una mirada relativista de la misma (ya sea en términos de nichos ecológicos o de cosmovisiones): la idea de que existen culturas separadas y distintas en sí mismas. Es decir, cada grupo puede ser entendido como una cultura espacífica o como el portador de una cultura específica, o una derivación de alguna cultura entendida como un sistema relativamente único y ordenado. Este presupuesto tiene consecuencias en el entendimiento antropológico tanto de la dinámica histórica de la humanidad como de la lógica contemporánea de las culturas.